domingo, 25 de junio de 2017

Encantada, soy Minerva

No podría haber elegido mejor título para esta entrada. Siempre he pensado que los títulos son especiales y (desafortunadamente) juzgo por los títulos. Si el título no me gusta y el argumento no me convence (en el caso de que sea una película, por ejemplo), no la veo. Supongo que eso tiene que ver con ser superficiales, pero no te preocupes, todo el mundo lo somos aunque sea un poco. Bien pues, empecemos esta entrada dedicada a mí (un poco irónico).

Me encanto, de verdad, me encanta cómo soy y cómo pienso, cómo me diferencio de los demás. A veces pienso que si fuera diferente no me caería bien a mí misma. Pero me encanto y me caigo muy bien a mí misma. Y si a veces me odio, es porque sé que estoy siendo tonta y me doy cuenta de los errores.

Cuando era pequeña, no me gustaba mi nombre, era la única que tenía un nombre que jamás habían oído, un nombre 'raro'. A día de hoy cuando lo digo, aún me suelen decir cosas como '¿qué?', '¿cómo?', 'qué nombre más raro'.
Pero ahora me encanta, me apasiona, y por si fuera poco es el nombre de una diosa. La diosa de la sabiduría, las artes y las técnicas de la guerra. Y también se llama así una de las profesoras de la saga Harry Potter, la profesora Minerva Mcgonagall. Coincidencia que Harry Potter sea mi saga favorita.

Me encanta que la gente que tiene un poco de idea sobre mitología se dé cuenta de mi nombre. Una de las veces que me he sorprendido fue cuando estaba por Plaza Mayor y había un hombre disfrazado de duende. Nos dio un papel (a Andrea y a mí) que ponía: en el interior de las personas se ha talado el bosque de su sensibilidad y se ha secado el río de la esperanza, por esto es preciso reforestar el corazón. También nos preguntó cómo nos llamábamos, y al decir el mío, me dijo: vaya, como la diosa. AAA QUE ME ENCANTA.
Tanto al darnos el papel como al decir lo de la diosa son detalles que me encantan. Estoy encantada de ser como soy.

Así que si es la primera entrada que lees:
Encantada, soy Minerva.

miércoles, 7 de junio de 2017

Una historia romántica

AVISO IMPORTANTE: No me gusta NADA lo que he escrito, pero supongo que es lo único que se me ha ocurrido, lo siento, no me ha venido la inspiración y me he decepcionado a mí misma con esto. Diría que lo único decente es el final. Recuerda que el Romanticismo no se basa en que todo es perfecto. El Romanticismo explora caminos desconocidos de nuestro interior, nuestros deseos más escondidos, nuestros miedos y nuestros impulsos más primarios.

Elsa se fijaba en todo el mundo. Era muy observadora, le encantaba, no podía evitarlo. Era una chica independiente, risueña, le encantaba soñar.
En cuanto al amor, había tenido varias relaciones con chicos, pero por alguna razón que desconocía, no le llenaban, le hacían feliz, pero nada más. Se empezó a preguntar sobre los deseos primarios.
Económicamente estaba bien, pero le faltaba ser feliz plenamente y progresar. Progresar en algo de su vida, aunque no sabía el qué. Solo sabía que quería superar sus propios límites, conocerse a ella misma, ser como los animales salvajes, ellos mismos y libres, sin condiciones.
Estos últimos meses ha estado mal, muy mal, se encontraba sola (porque por muy rodeada que estés de gente, te puedes sentir sola), le faltaba algo, esa chispa de luz que sale en la inmensa oscuridad, la que te salva de algo en el que estás atrapado.
Se fue, pero aún no ha fallecido, así que tranquilo. Se fue de viaje muy lejos de su casa, tal vez a Francia, Italia, Inglaterra o España, eso lo dejo abierto a tu gusto. Y sí, tenía miedo, mucho miedo de lo que le pudiera pasar.
Cuando llegó a su destino, le dio un ataque de ansiedad. Estaba sola, en un lugar desconocido, era de noche y no sabía si iba a encajar bien.
Al cabo de los meses hizo amigos y amigas, especialmente se juntaba con Óscar y Belén, sus dos mejores amigos. Pasaba mucho tiempo con Belén, compartían gustos, tenían las mismas aficiones y era muy guapa. ¿Le empezaba a gustar su amiga? ¿Era homosexual? ¿Le importaba serlo? ¿O tenía miedo?
No lo sabía, por ahora solo lo sospechaba. Pero pasaba el tiempo y de cada vez se iba enamorando más, no podía estar sin ellas, eran como imanes, se necesitaban la una a la otra, era un amor apasionante, desesperado, se querían a pesar de todo, de todos, se prometieron muchas cosas, se iban a querer en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte las separe. O eso creían.
A sus 77 años (que vivieron muchísimas experiencias juntas), Belén tuvo una enfermedad aún desconocida. Primero se le olvidaron detalles, luego el nombre de su chica (Elsa) y luego quiénes eran los demás, incluso a ella misma se le olvidó quién era. Se le olvidaba comer, incluso cómo tragar. Cayó en el olvido.
Belén falleció porque se le paró el corazón.
Entonces, Elsa (que al saberlo y convivir con ello también tuvo esas sensación), cayó en una espiral (también causada desde hace años) de la que no podía escapar.
Ahora solo queda el alma de Belén en alguna parte del mundo, las risas compartidas, los llantos, la adrenalina… Pero ahora solo queda Elsa y su memoria, sus lágrimas recorriendo su rostro, su cuerpo tembloroso al recordarla, porque ahora solo quedan recuerdos, nada más. Elsa acabó suicidándose en el mar, tintándolo de sangre. ¿Qué iba a hacer sino sin el amor de su vida? ¿Sin sus ganas de vivir? Porque ella era la razón de su existencia, la razón del porqué seguía aquí, la razón por la cual ella era como era. Porque dijeron hasta que la muerte las separe, pero es que hasta la diferencia entre estar viva y muerta no bastaba para apagar esa llama de luz, esa chispa, que tenían.

Es increíble cómo algo, alguien, te puede hacer tanto efecto, cómo el amor te va invadiendo tu cuerpo y tu alma, tu mente, porque por amor se llegan a hacer cosas impensables. El amor se apodera de nosotros y nos pone bajo su control. Y no existe una atracción, un enigma, más fuerte, poderoso y misterioso que el amor. Porque el amor es todo lo que odiarás cuando se acabe.

Palabras, palabras, palabras

Hace un tiempo hicimos presentaciones prezi en clase sobre William Shakespeare. A mí me tocó exactamente cómo era Londres en la época de Shakespeare, aquí os dejo el enlace:

https://prezi.com/e8d9qd2irl91/londres-en-la-epoca-de-shakespeare/?webgl=0
Y como casi todo son imágenes, toca explicarlo.

En el siglo XVII, London Bridge no fue el único camino para cruzar el río Támesis. La gente que tenía dinero podía pagar para cruzar el río con barcos llamados taxis de agua (water taxis).
Como curiosidad, Shakespeare alquiló alojamientos en una casa de Silver Street, donde familias inmigrantes francesas hicieron sombreros muy caros.
La gran peste provocó millones de muertes y era muy contagiosa. La gente se cortaba porque pensaba que si dejaba derramar sangre, se les quitaría, pero en verdad solo hace que se contagie más.
La tortura se prohíbe en Londres.
Respecto a la higiene, los baños era para la clase privilegiada y se bañaban una vez al mes y la ropa interior tenía un alto precio. Pero como todo el mundo olía mal, nadie le echaba importancia porque era lo normal, estaban acostumbrados.
Deciden cerrar teatros debido a las infecciones masivas (como la peste) ya que en el teatro se juntaba mucha gente y podían provocar incendios. Debido a estas cosas deciden hacer teatros fuera de las ciudades.
Surgieron filósofos y científicos como Galileo Galilei, Isaac Newton, Rene Descartes, Blaise Pascal y John Locke, que fueron muy importantes para el avance y la medicina.
El tabaco se fuma de manera elegante, era en polvo y se inhalaba.
Los trajes femeninos: el cuerpo estaba oculto por los vestidos rígidos y pesados. Solo se enseñaba la cara y las menos y debajo llevaban un corsé.
Respecto a los peinados, las mujeres llevaban recogidos y los hombres pelucas.
En el traje masculino no podía faltar el sombrero y las bermudas. Debajo de ellas llevaban culottes al igual que las chicas.

sábado, 3 de junio de 2017

Yo creo en la magia

Si estás leyendo esta entrada es porque algo ha llegado a su fin. Sí, una pena, lo sé, lo sabes, lo sabemos. A principio de curso me apunté a literatura universal porque es lo único que me ponderaba si quería ser profesora (aunque al final no me sirve porque han hecho modificaciones y eso...).
Te voy a contar mi historia con esta asignatura, literatura universal.

Al principio me sentía súper tonta, todo el mundo sabía sobre algo menos yo. Me acuerdo cuando al principio hicimos la línea del tiempo y teníamos que unir las imágenes con sus épocas y el título, madre mía... Esa fue la primera vez que me sentí tonta, inculta, muy inculta. A medida que ha pasado el curso he ido descubriendo que yo era súper inculta, no tenía idea de nada. Gracias. Gracias por salvarme de la ignorancia, ahora todo lo veo de otra forma.
Ahora hablemos de ti.

Antonia, eres magia. Me acuerdo que el primer día tuvimos que rellenar una hoja con preguntas sobre lo que nos gustaba, eso me flipó, me pareció tan genial...
También dijiste que no tenías un nombre tan bonito como el de ellas (no recuerdo exactamente a quiénes nombraste), que te llamabas Antonia.
Y que nosotros éramos tus joyas por hacer esta asignatura, supongo que ahora tú también eres una joya para mí.
Normalmente cuando una persona deja el colegio no se lleva lo que ha aprendido de las asignaturas, sino de los profesores. Yo me llevo muchas cosas de ti, Antonia. Has hecho que disfrute de la literatura como nunca antes lo había hecho, de darme cuenta de que todo está relacionado, incluso en la vida real. Me parece flipante. Eres una profesora que se adapta a las nuevas tecnologías, a nosotros, y si algo te parece interesante lo compartes con nosotros. Creo que no te imaginas lo que transmites, no solo en la enseñanza, sino como persona, transmites buenas ondas, dulzura, empatía, alegría... Eres magia.

Últimamente mis compañeras me han estado preguntando a qué profesores echaré de menos y mi asignatura favorita. La primera que echaré de menos es a ti, de verdad, me has enseñado tanto... Y mi asignatura favorita ahora es la tuya. Creo que nunca podrán llegar a entender por qué lo es y cuando me preguntan, no tengo palabras para explicarlo (lo más fuerte y alucinante de esta vida es lo que no se puede llegar a explicar), yo creo que ven una asignatura aburrida.

Una de las cosas que me encanta es leer los libros en clase. Me recuerda a las películas, que van a clase y leen libros, y me flipa, en serio. Y sé que si estos libros no los leyera contigo, no pillaría la mitad de las cosas. Además, lo vives tanto y se ve que te encanta tanto, que lo contagias.
Hablando de libros, siempre estoy leyendo alguno, son como una dosis que voy necesitando, nos permite crear espectáculos interiores que no tienen comparación con ningún parque temático. Sin leer sabemos menos, podemos expresar menos, podemos pensar menos. O sea: Somos menos.

Ahora te voy a hablar sobre una clase que me afectó muchísimo emocionalmente, me dejó muy tocada. Fue la clase de los tópicos literarios, hablaste sobre que no hay que perder el tiempo, que la vida es muy corta, que no sabes si mañana estarás aquí, que creemos que tenemos todo el tiempo del mundo y solo lo desperdiciamos... Solo de imaginarme de la clase que hiciste, me entran ganas de llorar. Salí de esa clase muy triste, sentí que no estaba haciendo nada (importante) en la vida pero tampoco sabía qué hacer. Supongo que ahora estoy igual, pero como ya sabes, si no te acuerdas duele menos, por eso dicen que los ignorantes son más felices. Me has hecho apreciar cosas que otros no ven.
También lo más reciente que he aprendido ha sido que en la noche decimos la verdad.  Parece que por el día se ve todo, pero es al contrario. Por la noche somos nosotros mismos, confesamos nuestros sentimientos, pensamientos, reflexionamos e imaginamos nuestros deseos más profundos, como su color. El día solo es una tapadera que cree que sabe quiénes somos, cómo somos, pero eso solo lo sabe la noche, porque las estrellas no pueden brillar sin oscuridad.
También he aprendido muchas cosas más, no te vayas a pensar que solo he aprendido esto.

Me estoy enrollando y tampoco te quiero aburrir, así que quiero que sepas que eres de las mejores profesoras que he tenido, de las que me llevo muchísimos valores, que es lo que al fin y al cabo me servirá para el día a día. De verdad que OJALÁ tener literatura universal el año que viene para poder disfrutar(te) más, aunque eso no va a ser posible. Espero que te vaya todo bien, Antonia,  eres magia, no lo olvides.